domingo, 28 de diciembre de 2014

Por el cañón del Guadalix

Tras un otoño de abstinencia, únicamente habiendo rodado un par de rutas cortas por la zona y otra con más kilómetros hasta Chinchón, volvemos a juntarnos para hacer una ruta para mi desconocida cerca de la sierra: el cañón del río Guadalix. La ruta la ha preparado Luis, la ha realizado en varias ocasiones y para ésta, ha montado un track mezclando varias alternativas que hacen que tenga algo más de kilómetros, ya que la ruta es sencilla y de otro modo se podría quedar muy corta.

En esta ocasión, salimos Martín Bros (Edu y Sergio), David y nuestro guía Luis. Oscar en el último momento causa baja, con todos los trastos de matar preparados y vestido para la ocasión, tiene que quedarse en casa por convalecencia fam

iliar... y es que como dijo alguno, hay que salir de casa sigiloso y sin las zapatillas puestas.

La ruta arranca en el polígono de Guadalix, con un frío del carajo y humedad por lo cercano de río, enseguida son adentramos en un sendero que va paralelo al río, en sentido opuesto a la corriente hacia el trasvase de agua de Azud de Mesto (bendita crónica por whatsapp de Luis, sin ella no habría detalle de las ubicaciones y nombre de los lugres de paso en esta). De camino, hacemos una parada para ver una poza llamada el Hervidero, con dos cascadas de unos cuantos metros, merece la pena el alto en el camino.  

Tras los primeros kilómetros de senderillo o singletack, pasamos el trasvase y atravesamos Pedrezuela, dónde el olor a leña, brasas y panceta churruscada nos despierta el apetito. A partir de este punto nos quedan unos cuantos kilómetros de pista previa parada en la presa del Vellón.  Nos plantamos en el medio de la presa para comer algo y enseguida el guardia de seguridad nos pide que nos retiremos a uno de los extremos, por lo visto está prohibido parar en medio. Desde allí más paseo por pista tranquilito hasta una de las zonas más bonitas de la ruta: la dehesa de Moncavillo. Parece mentira que un sitio así se encuentre tan cerca de Madrid, lleno de animales y con unas vistas preciosas. Pasamos cautos entre vacas (charolesas por cierto, lo que aprende uno), caballos y algún cazador con poca conversación y seguramente molesto porque le espantamos piezas (las voces de Edu, en la paz del bosque seguro que pusieron el alerta a alguna que otra). 


Para salir acabar este bucólico paseo por el campito acabamos con una pequeña trialera que nos lleva hacia Guadalix, algún tramo más de pista y para irnos con buen sabor de boca acabamos por un sendero de lo más divertido. Sencillo, pero rápido, de los que se ganan el calificativo de disfrutón... y eso si, con los 200 últimos metros antes de llegar a los coches, de barrizal. Da igual que haya 200 m o 45 km de barro, la bici acaba igual.

Acabamos con la cervecita y tapita de rigor: Ruta bonita, muy adecuada para esta época de año en la que la nieve limita más la sierra y en la que al menos en mi caso, las condiciones físicas no son las mejores.  Sólo tendremos que esperar 6 días para la siguiente, con bonobici de ruta y comida.

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