martes, 30 de octubre de 2012

Razones y más razones

Todo son razones para montar, en cualquier momento y ninguna excusa para dejar de hacerlo...



Ten things I have learned...

martes, 23 de octubre de 2012

Llegó el Otoño

Sin duda, para mi, es la mejor época para montar, sobre todo si es por bosques. Empiezan las lluvias, las nieblas, bajan las temperaturas pero sin llegar a hacer frío, el suelo tan seco en verano ahora se queda perfecto para subir y bajar y el paisaje es increíble... Esperando encontrar un panorama así, ya en la última ruta por Arganda, cerramos la fecha para volver a una de mis sendas favoritas en San Rafael. Ruta conocida ya para algunos de los que íbamos pero nueva para casi todos.

Pero antes de la crónica de este día, debido a las quejas populares por no haberme referido a ello, especialmente del aludido... pero sobre todo a que el hecho en si es destacable y merece la mención, atención y narración... debo dejar constancia el momento en el que Pedro, durante la última ruta, fue poseído por un Rider Pro de DH.

Para poner en contexto el tema hay que explicar que se trata de una persona prudente y extremandamente cauta en sus descensos, sobre todo si el camino se estrecha y llena de irregularidades: piedras, raíces, surcos, escalones... y sin embargo cuando nota un camino firme, bien pisado y no digamos ya si aparece el asfalto, engancha un piñón y nos lleva a todos con la lengua fuera y maldiciéndole por el ritmo que impone. Pues bien, en la Marcha de Arganda, y con Pedro rodando delante de mi, llegamos a una senda que no conocíamos ninguno de los dos, bastante técnica y con una pendiente constante que cada vez te empujaba más rápido. Entonces sin saber porqué, nuestro amigo empezó a fluir como el agua entre las piedras, yo detrás no daba crédito a lo que estaba viendo porque no es que bajase rápido y descontrolado, sino que iba fino, trazando con firmeza y seguridad, aticipando, dejando la bici rodar... de libro, sin embargo yo empezaba a arriesgar más para seguirle (de hecho con algún sustito) y empezaba a alejarse cuándo llegamos al final del camino y salimos a una pista. Cuando llegamos abajo me encontré a un tipo eufórico y feliz por las sensaciones que proporciona tener un momento de flow así, pocas veces en la vida le he visto esa cara... En definitiva otro motivo para explicar porqué somos de las bicis! Ahora toca ver si fue un momento de iluminación, posesión o si por el contrario lo conserva y ahora nos lleva de cabeza. En todo caso, lo disfrutó...

Y volviendo ya a la breve crónica de este finde: nos juntamos siete con muchas ganas de darle al pedal, echarnos unas risas y sin importarnos demasiado el tiempo que hiciera. Aunque hubo un tiempo de perros durante toda la semana, no desistimos en nuestro empeño de mantener el plan previsto. De hecho, no pintaba bien cuando quedamos a desayunar en el puerto de los Leones: 5 grados, una niebla espesita y lo peor un fuerte viento... menos mal que cuando bajamos a San Rafael, el panorama era totalmente diferente. Nos metimos entre pecho pecho y espalda casi 40 km de ruta que no decepcionaron e hicieron que la panzada de kilómetros en coche mereciera la pena. Sobre la ruta ya hablamos en un post anterior (El Ingeniero), la habíamos hecho en verano, a mi particularmente me resulto más cómoda y con otro encanto: mucho menos calor, y con el suelo fenómeno, algo húmedo pero sin llegar a embarrarse, así que las ruedas agarraban que daba gusto. Es una ruta exigente que no regala un kilómetro y que acaba con un larguísimo singletrack entre árboles, con tramos muy limpios y alguno más técnico. Para los que la probaban por primera vez, un gran descubrimiento que creo disfrutaron de lo lindo y para los que lo conocíamos una ruta que no defrauda (aunque a alguno se e oía protestar cuando quedaban 5 km) pero en la que hace falta regularse muy bien si vas justo y pretendes disfrutarla haciéndo ágiles los últimos kilómetros.

Próxima biciclada: El Escorial parece...


domingo, 7 de octubre de 2012

KDD´s

Hace ya que no publicábamos ninguna entrada, y no habrá sido por falta de contenido, sino más bien de tiempo... Si algo ha caracterizado las últimas tres semanas de pedaleo ha sido la variedad de actividades y bicicleteros con los que hemos dado, y es que el mundo de la bici, tiene mucha vida social.

El último fin de semana de septiembre, nos juntamos algo más de 70 personas en Robledo de Chavela para participar en una formación organizada por la Escuela Española de Mountain Bike, pensada para profesionalizar el trabajo de guía-instructor de MTB, algo que prolifera cada vez más gracias a los Centros de BTT. A lo largo del fin de semana, se compaginaron ponencias para conocer más a fondo cómo funciona la Federación, la IMBA, planificación de itinerarios, conducción de grupos, técnica de conducción, marketing, y creación de empresas... con otras sesiones sobre la bici, enfocadas a la practicar la conducción de grupos. Es sorprendente la cantidad de personas que ya pueden vivir (o se lo está planteando) de esto en toda España, ¡qué bueno!. Un buen fin de semana sobre todo en compañía de FélixT y dos artistas de Calatayud: Jorge y Fernando, y lo de artista no es una forma de hablar, sino echad un vistazo a sus trabajos de aerografía en cascos y cuadros: www.defer.es

El siguiente, una vueltecita tranquila entorno al Soto de Viñuelas, con compañeros de trabajo que se animaron a organizar una salida. Evidentemente no podía faltar, coincidimos personas con niveles de lo más variado para hacer unos 36 km embarrados y con tramos muy divertidos. No deja de sorprenderme y engancharme el compañerismo y buen rollo que hay en este mundillo, el ritmo y el tiempo de ruta lo marca el último, es algo que desde luego en otros deportes no se ve.

Y para rematar, este domingo una marcha no competitiva organizada por Haro Bike, una tienda de Arganda. La ruta nos ha permitido conocer algunos caminos de la zona que pese a llevar unos cuantos años rodando por aquí, no conocíamos. La única pega que le pondría es que en un punto de la ruta se desvió a parte de los participantes por un camino más corto, supongo que para que no se dilatase mucho el cierre de la marcha, y esto supuso que parte del grupo que nos juntamos se quedase cortado y no llegásemos todos juntos. Pero en cualquier caso, lo mejor de ella es que también nos hemos podido juntar con amigos con los que hace tiempo no rodábamos (dando pedales, si en moto), conocer a otros y para rematar, reencontrar a un compañero del colegio al que hará más de 15 años que no veo... y casualidades: vivimos en el mismo pueblo. Y claro, como casi siempre que acabas algo, toca empezar a liar la siguiente: en un par de fines de semana... a darle a San Rafael, solo cabe esperar que el tiempo nos respete y podamos disfrutar del bosque en otoño.

Si que es social esto de la bici...