domingo, 26 de mayo de 2013

Por Guadarrama

Tras bastante tiempo sin salir a rodar por la sierra y haciendo kilómetros por el sureste de Madrid, por fin, con el buen tiempo nos tiramos al monte. A la ruta de hoy finalmente solo podemos ir Pedro y yo, tenemos que empezar a acostumbrar las patas si queremos ir decentemente a Ainsa en Junio. 

Salimos de Guadarrama por la carretera que va hacia Los Molinos y enseguida nos desviamos a la izquierda para empezar a coger caminos que poco a poco nos van haciendo coger altura hasta llegar cerca de Cercedilla, dónde cruzamos las vías del tren por un subterráneo para coger el camino de la Solana. En esas primeras rampas fuertes ya se nos pone el corazón a tope... y es que se nota la falta de costumbre, no es lo mismo andar por pistas o senderos de Arganda y Móstoles, por muchos kilómetros que hagas. Afortunadamente, parece que el cuerpo se acostumbra rápido, y después de ese momento en el que nos faltaban el aire y pulsaciones, aunque nos encontraremos rampas duras, el cuerpo va respondiendo mejor.

El camino de la Solana hace honor a su nombre, no hay una sombra pero a cambio hay unas vistas panorámicas increíbles que puedes disfrutar en los tramos en los que no pica mucho hacia arriba. Llegando a las laderas del Puerto de los Leones, nos adentramos en el bosque, subiendo de manera muy tendida, pasamos por la senda del Arcipreste y llegamos a la N-VI que nos llevará a la cima del puerto. A penas sin parar en el puerto cogemos el camino que nos lleva en dirección a Cuelgamuros, que de un modo suave, va subiendo hasta llegar al refugio Salamanca. 

Hasta aquí la ruta no tiene ninguna dificultad técnica, algún sendero y casi todo pistas... pero antes de acabar la subida al refugio, tras cruzar un paso canadiense y ya con vistas a La Jarosa, empieza una subida no muy fuerte pero muy técnica, con muchísima piedra. En este tipo de tramos se nota una barbaridad llevar una mountain bike de 29 pulgadas, no hay comparación con cómo pasa por encima de las piedras. Indudablemente hay que procurar ir por la trazada buena, pero si cometes errores y te quedan fuerzas, la bici pasa por encima de todo con mucha tracción y sin brusquedad: una gozada, aunque al igual que cuando empezamos a meter a las bicis suspensiones de más de 120 mm. me hace preguntarme si en el fondo todos estos progresos técnicos, no nos hacen ser peores bikers, puedes tener mas errores y exigen menos técnicamente al ciclista medio. Esta claro que el que va fino, con todo esto,  incrementa su rendimiento.

Una vez que llegamos al refugio, empieza la bajada hacia el embalse de La Jarosa por el DH 2000. Los primeros tramos son casi una cantera de piedra suelta pero tras los primeros metros aunque el camino sigue cargadito de piedras y raíces, se puede bajar mejor... al menos, están sujetas al suelo. No es mi tipo preferido de descenso, pero me divierto porque hace mucho que no hacía pasos así. Bajamos por esta senda que a tramos es justo la linde entre Madrid y Castilla hasta llega a una pista de asfalto que nos deja en el embalse. Éste es el trozo de la ruta que nos decepciona porque se podía haber seguido bajando por sendas hasta el mismo sitio (las hicimos en otra ocasión) y no por una aburrida pista. No sabíamos que la ruta iba por aquí y hasta el último momento estuvimos esperando que se desviara por algún camino... pero no es así. 











Ya todo es dejarse caer hasta Guadarrama. Salvo por el último tramo, la ruta nos ha gustado, la hemos disfrutado... y bueno, tampoco ha venido mal del todo: llegamos antes a casa. Os dejamos aquí el track de la ruta.



A ver si con el buen tiempo pasaramos con más frecuencia por el blog.