lunes, 7 de octubre de 2013

Clásicos

Con las películas y los libros, se dice que pese a que busques y esperes novedades, siempre hay que volver de vez en cuando a los clásicos. Son un referente y una buena manera de calibrar el resto de cosas que conozcas.

En cuanto al Mountain Bike se refiere, también hay sendas clásicas, conocidas o recorridas al menos una vez por los aficionados al pedal de montaña. Seguro que hay muchas y depende de gustos, pero no hay duda de que uno de los lugares de referencia del MTB en Madrid, con caminos de todo tipo y dificultad, en un entorno incomparable, son los valles entorno al puerto de Navacerrada. 

Tras una semana lloviendo, que dejaría el suelo perfecto tras el calor del verano, y un fin de semana con unas previsiones de tiempo buenísimas, no podíamos dejar pasar la oportunidad de ir a recorrer y disfrutar alguna de estas sendas. Nos organizamos una ruta no muy larga, de unos 30 km para hacerla en no más de 4 horas. En esta ocasión las agendas parecen no cuadrar y sólo coincidimos Oscar y yo.

Dejamos el coche en la subida a Navacerrada, en el Ventorrillo, y desde ahí nos dirigimos hacia La Barranca por sendas muy sencillas atravesando prados que tras los días de lluvia están increíbles. Sólo con estos primeros kilómetros la ruta promete. Cerca de Becerril y para pasar al mencionado valle tenemos que encarar una buena subida que pese a tener algún tramo de hormigón se hace complicada por la pendiente de las rampas. Después de esto, todo bajada hasta el valle y subida por la Barranca buscando el Camino Ortiz. 

Ortiz pica hacia arriba por lo general sin grandes pendientes pero muy técnico y divertido. Hay que llegar a él sin ir muy justo para poder disfrutar de los escalones y raices en las subidas... además con el suelo húmedo, no hay problemas de tracción. Después desde el mirador del antiguo sanatorio, dónode acaba el Camino Ortiz, encaramos una trialera, muy rota y con bastante pendiente que nos lleva hasta la carretera que sube al puerto, la cruzamos y por fin llegamos al conocido Wistler.

Whister el una senda muy frecuentada sobre todo por los que le dan al DH, es un pedregal con escalones y raíces, pero nada que no se puedan zampar nuestras ruedas de 29", cada vez estoy más convencido de lo versátile s que son. Seguramente una 26 con mas recorrido pueda bajar más rápido y moverse mejor, pero con nuestras flamantes monturas, disfrutamos de lo lindo. Acabamos la bajado con un reventón de la rueda trasera de Oscar... no es raro viendo el camino.




Una vez en el valle seguimos bajando hacia Cercedilla por sendas y salimos dirección a el Calvario para cerrar la ruta en el Ventorrillo.

Sin duda, la de hoy, es una de esas rutas que hacen afición y te dejan con ganas de más. De ahí corriendo a Madrid para disfrutar de una buena paellita en casa de Oscar en compañía de amigos y larga sobremesa: un domingo perfecto en un domingo cualquiera.