Ya que desde casa está lejos y dispongo del día entero, planifico una ruta para ponerle algo más de gracia a la jornada. A toro pasado, un poco locura teniendo en cuenta mi estado de forma. La idea es salir de la estación de Navacerrada, subir a la Bola del Mundo, bajar a Cotos, afrontar Peñalara y comer arriba, desde ahí descender más de 1000 m. del tirón hasta el puente de la Cantina y subir de nuevo a Navacerrada.
Tras el merecido descanso, bajo la tija, suelto suspensiones y a bajar hasta Cotos. Los primeros tramos son un auténtico pedregal, parece que hayan volcado un camión de rocas, hay sitios en los que apenas se ver el suelo, pero lo tomo con tranquilidad e incluso paro para hacer alguna foto. Llego hasta uno de los remontes de Valdesquí y desde ahí a Cotos, a Venta Marcelino para avituallarme con un señor bocadillo que me zamparé en la cima de Peñalara.
Después de comer una barrita, y beber bien, con mi bocata en la mochila y la ilusuón de empezar a subir Peñalara, empiezo a pedalear por la pista que va hacia las lagunas y he aquí mi sorpresa... una amable guardabosques (o como se llame), sale a mi encuentro y me dice que no está permitido subir en bici. Ufff mi gozo en un pozo. Imposible.
Cruzo la carretera y empiezo a subir por una senda, con algún tramo que obliga a echar el pie a tierra y otros en los que se cierra por completo con arbustos y maleza. Llego a una pista que se agradece, ya que puedo subir un poco más descansado, pero aquí el track o mi gps empiezan a volverse locos. El track abandona la pista y sube monte a través por lugares en los que ni se intuye la senda. Como ya había fallado anteriormente decido no hacerle caso y seguir en la pista que va ganando altura y en dirección a Navacerrada, muy desencaminado no puedo ir.
Poco más adelante la pista se acaba y empiezo a encontrar rampas en las que me toca empujar, la pendiente es imposible, voy parando a descansar, fotos, disfruto del bosque... pero me queda la sorpresa final: la senda acaba en la pista de esquí de el Bosque. El principio es suave pero se lo que me espera, hace unos meses haciendo el camino Schmidt vi a un ciclista pasando penurias para subir por ella. Vaya loco, pensé en ese momento, cómo se le ocurre meterse ahí... Pues ahí me encontraba yo. La inclinación era brutal y el terreno complicado para andar y pisar en firme. Tardo casi 50 min en subir la pista, y no creo que llegue a 600 m de longitud. Haciendo zetas para poder ganar altura llego hasta el camino Schmidt. Esto si que es el fin de ruta, desde aquí, es un paseo hasta Navacerrada.
No quiero pensar cómo habría sido acabar así la ruta si llego a subir a Peñalara, hubiera llegado de noche... menos mal que iba con calma.
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