jueves, 8 de agosto de 2013

Lin de Cubel, el techo de Pravia.

Tras un primer intento de hacer esta ruta, el cuál tuvimos que abandonar incluso antes de salir de casa por la fuerte lluvia, nos disponemos a volver a probar suerte, aunque el tiempo no pinta mucho mejor. Cuando nos levantamos no llueve... salimos de casa con el típico orballo y cuando llevamos pedalenado dos kilómetros empieza a llover con fuerza. Nos refugiamos bajo unos árboles, para dar un poco de tiempo y ver cómo evoluciona. Tenemos por delante una ruta dura y hacerla con esa lluvia desde el principio puede hacerla insoportable. La verdad es que nos surgen dudas sobre qué hacer, sobre las montañas a las que nos dirigimos se ven unos nubarrones con mala pinta, pero decidimos dar algo más de tiempo esperando bajo otros árboles mas frondosos que están a unos 100 m. ... y qué casualidad, justo cuando salimos hacia ellos: para la lluvia, así que hay que aprovechar y avanzar.

La ruta comienza bajando por senderos entre bosques de eucaliptos, con el suelo de lo más escurridizo por las hojas mojadas, no se hace complicado porque aunque haya pendiente, por lo general los senderos son muy llanos y sin sorpresas. Encaramos las primeras rampas de la ruta hacia Perzanas. empezamos por sendas en el bosque para según vamos cogiendo altura pasar a pistas peladas y bien llenitas de pedrolos, con rampas duras, que nos llevan hasta altos de la Sierra del Llano. Esta primera subida se ha hecho más dura de lo que pensábamos, el terreno no llega a estar embarrado pero si empapado y se hace duro pedalear. 

A partir de este punto bajada hasta Pravia por caminos en los que se puede bajar muy relajadamente, disfrutando, pues a penas encontramos dificultades técnicas. Bueno, realmente si que hubo una dificultad técnica en forma de Pit Bull. A entrar en una pequeña aldea, en una de las casas más metidas en el bosque, nos encontramos con este amigo de amplia y dentuda sonrisa, pero que a diferencia de lo que es habitual, estaba suelto. Yo bajo delante y cuando me doy cuenta de que el bicho viene hacia nosotros y esta suelto solo me da tiempo a gritar: Pedro correeeee!!!! ... y vaya si corrió, en un segundo cubrió la distancia que nos separaba, detrás de mi solo oía las ruedas de Pedro derrapando en las curvas y al bicho ladrar como un loco. No llegué a verlo pero creo que alguna de las curvas se la hizo de wallride aprovechando los muretes del caminos.

Acabada esta bajada, nos dirigimos llaneando hacia Pravia, primero entre huertos y luego por una senda paralela al Nalón. Una vez pasamos Pravia, comienza la diversión de nuevo, empieza la subida que nos llevara hasta Lin de Cubel. Empezamos a subir por la senda de los Marineros, poco a poco y sin excesivas pendientes vamos cogiendo altura. Hacemos la primera parada para comer algo, nos queda por delante lo más fuerte, estamos a unos 150 m. y tenemos que llegar hasta más de 600 m.

Pasamos Villarigan y seguimos subiendo hacia Villameján, dónde un camino se separa a la derecha para dirigirse hacia nuestro objetivo: Lin de Cubel. A estas alturas ya llevamos unos cuantos km y sobre todo rampas duras y poca energía en el cuerpo, rampas que al principio si hubiera hecho más llevaderas, nos obligan en algún caso a echar el pié a tierra. Volvemos a bajar un poco, pasamos por el pueblo de la Venta y encaramos las ultimas pistas hasta llegar a Lin de Cubel: una especie de cerro en la en lo alto de la montaña. Se puede subir hasta su cima, pero dado que vamos justos y que nos queda regresar, decidimos que nos vale con las vistas que se aprecia desde su base.

Nos vamos con la idea de que sólo nos queda dejarnos caer hasta Loro... error y expectativa habitual cuando no se conoce una ruta, y aunque en general la ruta pierde altura, aún nos encontramos algún repecho y sobre todo tramos muy incómodos de rodar, cubiertos absolutamente de ramas de podas recientes.

Llegamos a Loro muertos de hambre, con 50 km y más de 5 horas de pedal en las piernas... pero satisfechos de la ruta. Menos mal que no nos dimos la vuelta cuando llovía por la mañana, no volvió a caer una gota. Esto es Asturias.

Por cierto, gracias ADN Astur por compartir esta track en wikiloc.


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