lunes, 5 de agosto de 2013

Asturias: BTT Forcinas de Pravia

Un año más, llegan las ansiadas vacaciones y con ellas la oportunidad de marcarnos algunas rutas fuera de nuestra zona habitual. Este año hemos elegido, una vez más, Asturias, montando la base en el concejo de Pravia. En esta ocasión seremos un dúo, ya que Óscar ha cambiado el MTB en el norte por la calma y la tranquilidad de las islas afortunadas, donde además de descansar tendrá que cuidar y mimar a la futura mamá.Para el primer día hemos elegido una ruta aparentemente sencilla: la ruta que diseñaron con motivo de las fiestas de Forcinas de Pravia del 2012 y que transcurre por todo el concejo. Son 45km que deben servir para ir entrando en calor de cara a las otras dos rutas que tenemos previstas y para comprobar el estado de mi mano tras la rotura de Ainsa y sus correspondientes seis semanas de inactividad. Nos levantamos temprano, haciendo gala de que nuestra afición está por encima de todo, incluido el atracón de sidrina que nos dimos anoche. El día amanece fresco, pero parece que nos acompañará un tiempo estupendo para montar. 

Dos kilómetros por carretera para llegar desde nuestro alojamiento hasta enganchar con el track de la ruta que no nos ayudan ni siquiera a calentar, pues son hacia abajo y sólo nos hacen renegar de lo que nos tocará hacer a la vuelta. Una vez enganchamos con el track nos enfrentamos al primer incidente perruno de la jornada, sólo un aperitivo de lo que nos pasará con dos mastines y un perro patada 30km después. A partir de ahí, 6km de asfalto aburrido y sin sentido que se ven recompensados al llegar al mirador de Monte Llorueiro y Penona. 

Las vistas, como siempre en Asturias, merecen cualquier esfuerzo. Al llegar arriba nos encontramos con que los discos de freno de Sergio están a punto de salir rodando por sí solos y, lo peor, sin la llave adecuada para apretarlos; o eso pensábamos, porque por suerte resulta que sin saberlo llevo en mi multiherramienta la llave adecuada (torx). Tras unas fotillos, emprendemos el descenso, rápido y sin demasiadas complicaciones, pero disfrutón, sobre todo porque por fin parece que hemos dejado atrás el asfalto. Llegamos en seguida a un sendero que transcurre paralelo al Narcea y que os hace pasar un rato bastante divertido.Rodeamos Pravia sin llegar a entrar, y nos acercamos a la segunda subida del día. Esta, por pistas, se hace bastante más dura que la primera. Sergio se escapa de mi vista a cada pedalada, algo habitual cuando el terreno se vuelve ascendente, pero hoy en mayor medida mientras empiezo a notar el mes y medio sin hacer nada de deporte. En el kilómetro 30 paramos a tomar la perceptiva barrita mientras comentamos el día cuando de repente aparecen a 20 metros dos mastines con cara de pocos amigos a los que se une un perro patada de raza indeterminada y con muy malas pulgas. Decidimos subir rápido en nuestras bicis e intentar escapar rápido de este embrollo, en un sprint brutal a pesar de la pendiente (porque será que de repente me han vuelto las fuerzas y no me duele nada) y con la enorme suerte de que los mastines no nos han considerado apetecibles y es únicamente el pequeño el que se lanza a por nosotros como si no hubiera un mañana. Tras deshacernos de el, una mala noticia: con el sprint nos hemos equivocado con el track y hemos girado a la derecha unos metros antes del camino por el que debíamos de seguir, así que nos toca volver y enfrentarnos de nuevo a la pequeña bestia. Tras el correspondiente "Sergio no me jodas!!!" volvemos sobre nuestros pasos en una arrancada que hubiera firmado el mismo Pedro Delgado en el Tour del 88. 

Una vez superada la situación, seguimos por un camino que durante un par de kilómetros nos somete a un constante sufrir pinchazos y arañazos con tanta zarza como lo invade. Tras un rato de charla con un amable lugareño, nos lanzamos al segundo descenso del día, algo más técnico que el primero pero también sin excesiva dificultad. Disfrutamos mucho de este tramo con zonas realmente divertidas. Para rematar el día, 30 minutos perdidos en mitad del Bosque de Fangorn por culpa de un error al leer el track, que termina de machacar nuestras maltrechas piernas y brazos (por momentos parecemos el príncipe de la Bella Durmiente cubierto de zarzas mientras se enfrenta al dragón).Tras unos últimos kilómetros, siempre ascendiendo, que a Sergio se le hacen eternos esperándome en cada esquina (mis piernas a estas alturas han dicho basta), llegamos a Loro con la satisfacción de haber pasado un gran día de MTB.




1 comentario:

  1. Enorme Pedro!! Una pena no haber disfrutado la ruta y de la compañia de esos mastines... Una abrazo desde tenerife de los 2,5!!!

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